Aprendizaje cooperativo y/o colaborativo con CreaKIT

Juego Serio, ABP y Aprendizaje Cooperativo

Tanto si hablamos de Aprendizaje Cooperativo como si lo hacemos de Aprendizaje Colaborativo (la diferencia básica es cuánto de guiado está el proceso), CreaKIT es una buena herramienta.

Equipo de trabajo en el aula
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Este kit de materiales de creatividad se fundamenta y promueve las dinámicas asociadas a este tipo de aprendizajes uniéndolas al Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP) y el Juego Serio. La secuencia propuesta de utilización de los materiales en el aula aborda los siguientes elementos:

  • La concreción de un reto (concienciación medioambiental en el barrio, por ejemplo) favoreciendo competencias de análisis, comunicación entre iguales, toma de decisiones…
  • La producción de un gran número de ideas impulsando el pensamiento divergente.
  • La selección de ideas provocando la convergencia y, por tanto, la capacidad de síntesis, análisis…
  • La toma de decisiones para la ejecución del trabajo, producción y desarrollo de la idea.

Acciones que desarrollan “pensando con las manos”, introduciendo elementos de percepción (el tacto, en este caso) que favorecen la activación de otras partes del cerebro y, por tanto, una mayor actividad creativa.

La secuencia completa de CreaKIT Básico+, junto a las guías de utilización que se incluyen, permite al profesorado poner en marcha actividades de aprendizaje cooperativo o colaborativo (en función de la edad del alumnado) secuenciadas y organizadas adecuadamente. Al mismo tiempo, se impulsa la cultura de la creatividad en cualquier asignatura, materia o área de conocimiento.

El hecho de que CreaKIT, y cada uno de sus materiales, estén planteados desde los principios didácticos asociados al juego serio en el entorno educativo es un importante elemento motivador para el alumnado. Por tanto, se introducen en el aula cambios en la dinámica que el alumnado recibe positivamente, con una mayor disposición al aprendizaje e incrementa las posibilidades de éxito (de producir aprendizajes reales, de adquisición de conocimientos) de la actividad.

Su uso en el aula cooperativa

Así, puede usarse en primaria, por ejemplo, para que el alumnado realice propuestas de acción en torno al respeto al medioambiente en su entorno más cercano. Solo hay que plantear el reto, programar las sesiones para el trabajo conjunto entre el alumnado de acuerdo a las guías de utilización, preseleccionar las «parejas absurdas» para producir la provocación (es decir, impulsar el «pensar de otra manera») y utilizar los materiales.

En cualquiera de las etapas educativas, la utilización de CreaKIT:
• Facilitará el diseño de actividades de trabajo cooperativo así como su implementación y evaluación.
• Incorporará la perspectiva de género como una práctica orientada al logro de la equidad en materia de género entre el alumnado.

Talento, reconocimiento y visibilidad necesarios

Hay quien piensa que retener el talento en una organización pasa por ocultarlo, por no reconocerlo y no dar visibilidad a las personas que lo poseen. Nada más lejos de la realidad, desde mi punto de vista.

Últimamente le he dado muchas vueltas al tema de la visibilidad, la mía (y la de otros y otras compañeras laborales), hasta el punto que en este blog ni siquiera se menciona mi nombre ni se hace una referencia explícita al lugar en el que trabajo. Se trata de una decisión consciente que tomé en el momento en el que lo creé y que, por el momento, prefiero mantener. Hecho que, al mismo tiempo, me genera sentimientos contradictorios, fundamentalmente acude a mi cabeza una pregunta ¿Por qué? ¿Por qué tengo que ocultarme en mis escritos? 

La respuesta, aunque sencilla, es reveladora: para no tener problemas, para poder escribir libremente sin que ello ponga en riesgo mi situación laboral. Sí, sí, como suena. De este modo nadie puede decirme (dentro de mi lugar de trabajo y por nadie me refiero a la dirección o las y los mandos intermedios) por qué has publicado esto, porqué has escrito aquello otro o, incluso deberías eliminarlo (así como suena, ¡no sería la primera vez!).

Mi visibilidad

Muchas veces he pensado en iniciar un post, o enviar un tweet que dijera: «Dedos libres», algo que ocurrirá cuando mis dedos tengan la libertad para publicar lo que realmente pienso sobre determinadas cuestiones. Cuando, además, no requiera un ejercicio de «retención» de pensamientos que evidencien mi hartazgo y mi desacuerdo con las circunstancias que me rodean. Pero aún no es el momento, aún tengo que seguir oculta tras mis palabras. Espero que ese momento llegue pronto. Sé que puede sonar cobarde, de hecho, ¡sé que lo es!

Desde hace años se ha dado una ocultación sistemática de mi trabajo y del de otras compañeras (sí sí, terminado en -AS, o sea, femenino plural). Algo que ocurre en menor medida en el caso de compañerOS (masculino plural que NO genérico). Ocultación que nos ha mantenido cautivas en las dependencias de la organización y que nos ha negado el merecido reconocimiento a nuestro buen trabajo. Porque sí, «mis chicas» (y si me dais permiso publicaré vuestros nombres): HEMOS HECHO UN BUEN TRABAJO QUE REQUIERE RECONOCIMIENTO Y PUBLICIDAD. «A Dios lo que es de Dios, al Rey lo que es del Rey y a nosotras, LO NUESTRO».

8 de marzo ¿cuestión de mujeres?

Este fin de semana tuve el privilegio de asistir a la conferencia de Soledad Murillo en Gijón. Y digo privilegio en varios sentidos: porque me parece una oradora fantástica, porque estoy de acuerdo con la mayor parte de su discursos y porque soy de las pocas personas que habiéndose enterado pudo asistir. Ah! Y también porque tuvo lugar en un entorno incomparable, la Universidad Laboral de Gijón.

Se trataba de uno de los actos que desde el Instituto Asturiano de la Mujer (IAM) organiza con motivo del día 8 de Marzo bajo el lema «No sin nosotras». Tras la conferencia numerosas mujeres que trabajan la igualdad en distintos ámbitos, privados y publicos , iban a debatir y a realizar propuestas conjuntas.

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Sí, sí, habéis leído bien «numerosas mujeres» porque allí no había ningún hombre. Ninguno. Y como siempre, no me gusta y soy consciente de que no soy la única: una estudiante del máster de Igualdad que imparte, de momento, la Universidad de Oviedo, ya hizo el mismo comentario en el turno de preguntas.
No me gusta que cuando se debate sobre IGUALDAD sigamos estando sólo mujeres. Esta sociedad tiene que «cambiar, de una vez, el chip» y tiene que entender que las propuestas podrán llevarse adelante siempre que nosotras, el 51% de la población, contemos con ellos, con el 49% que es, además, el que ostenta los puestos de poder, quienes toman el mayor número de decisiones publicas y quienes, por supuesto «distribuyen los dineros».
Así que… después de un año sin escribir por placer o por interés personal, me lanzo de nuevo a mi blog para añadir: No sin nosotras pero tampoco sin ellos!

¡Cómo han cambiado las cosas!

Se aproximaba el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, era el siguiente viernes 25 de noviembre (de 2011), así que le había preguntado a «Ella» si le apetecía que habláramos sobre ello. Al principio dudó, realmente no sabía si tendría fuerzas para hacerlo en aquel momento. Finalmente dijo que sí, que lo intentaría, pero que no podía prometerme nada. La conversación podría terminar en llanto. Así, que nos sentamos, como otras muchas veces, delante de un café.

Esta vez su relato empezó de forma distinta, se parecía más a una entrevista que a las conversaciones que habíamos mantenido en ocasiones anteriores. Parecía que le costara hablar, algo absolutamente raro en ella, como si no encontrara las palabras, no supiera o, simplemente, no tuviera nada que decir.

«El viernes es el Día Internacional de la Eliminación de la violencia contra la Mujer, ya son 12 años conmemorándose ¿no?» – Empecé preguntándole.

Abrió los ojos y me miró por encima de sus gafas, un gesto habitual en ella, -¡Sólo 12 años!-, desconocía el hecho de que fuera mediante una resolución de la ONU (la 54/134) de 1999 como se había declarado que el día 25 de noviembre fuera el día elegido para esa conmemoración. Le sorprendió que ya hubiera sido en el siglo pasado y, sin embargo, siguiera siendo tan necesario.

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Una sola mujer víctima (de violencia de género) es un número demasiado alto

Se aproxima el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, es el próximo viernes 25 de noviembre (de 2011) y no quiero dejar de escribir sobre lo que ello supone para mí.

Han pasado casi 8 años desde que existe legislación al respecto en nuestro país y las cifras siguen «asustando», sí, asustando. Ya van 54 mujeres asesinadas a manos de sus parejas, exparejas o… simplemente, ¡sus asesinos! este año.

Por su culpa, por su temor, sus celos, su dependencia, su falta de autoestima… ¡No me importan los motivos! ¡¡Este año somos 54 mujeres menos!!; el anterior 73; en 2009 56; 76 en 2008; 71 y 69 en 2007 y 2006; 57, 72 y 71 en 2005, 2004 y 2003, respectivamente.

O, lo que es lo mismo, 599 mujeres muertas desde que se miden estos datos (estadísticas de Ministerio de Igualdad). Y eso, sin contar a quienes, afortunadamente, no han muerto.

Son demasiadas, 1 es demasiado.

Puede resultar sorprendente que tan sólo haga 12 años que, mediante una resolución de la ONU (la 54/134) de 1999 se declarara un Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, el 25 de noviembre. Puede asombrar que ya habiendo sido en el siglo pasado continúe, sin embargo, siendo tan necesario.

La Declaración de la ONU sobre la eliminación de la violencia contra la mujer es del 17 de diciembre de 1993 y fueron necesarios otros 5 años para que en España hubiera legislación al respecto (5 años y un cambio de Gobierno, si se me permite la puntualización). Fue en el año 2004 cuando que se estableció en nuestro país la «Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género» no exenta de polémica.

Cuando haces daño a mamá... me lo haces a mí

NOTA

Hay algo que me preocupa mucho y que creo que no se trata suficientemente, las hijas e hijos que también sufren ese «maltrato» o, eufemísticamente, esa «violencia de género». Pocas veces les oímos (o les leemos) y por ello he abierto, hace ya algún tiempo una categoría en este blog llamada «Te lo cuento» en la que iré incluyendo, a modo de relatos, de entrevistas o de simples redacciones lo que «a mí me cuenta» una de estas hijas.

En este sentido, merece especial mención la Campaña Institucional de las Alcaldías y los Consejos Municipales de la Mujer de los Ayuntamientos de Langreo, San Martín del Rey Aurelio y Laviana (diseñada por Llana Publicidad), cuya imagen podéis ver aquí. Carga las tintas, precisamente, en el «Derecho de la Infancia a no sufrir por violencia de Género».

¡Buen trabajo y GRACIAS!

De perdón

Hace más de un año que no hablamos para continuar con los relatos sobre ella y, sobre todo, sobre su padre. Hoy me cuenta que su padre ha fallecido recientemente y lo hace con una mezcla de tristeza y tranquilidad en el rostro.

«Murió tranquilo» -me dice- «no sufrió. Al menos en los últimos momentos. Eso me dijo la enfermera que estaba de turno aquella noche.»

Durante los últimos días ha estado con él, probablemente le ha hablado más de lo que habían hablado durante toda su vida. Su padre no era una persona de palabras, ni siquiera de gestos. Pero en esa última semana les cogía la mano (a ella y a su hermano) y la apretaba contra su pecho. Supone que era su forma de decirles adiós y cuánto les quería.

«Yo no dudo que mi padre nos quería, a mí y a mi hermano.  No lo he dudado nunca y espero que él supiera que yo también le quería aunque fui incapaz de decírselo. Le quería y le odiaba al mismo tiempo.» Sigue leyendo De perdón

Cómo se rompió el despertador (Recuerdos de maltrato 1)

Ella tenía alrededor de 8 años, cursaba tercero de E.G.B., cree estar segura de eso. Aunque, pensándolo bien, le surgen dudas: su hermano, al que lleva poco más de 8 años, no aparece en este recuerdo y sí en todos los demás. Así que es probable que sólo tuviera 7.

Era una niña normal, en una familia normal, al menos así se sentía ella. Tenía amigas y amigos, jugaba a la peonza y a las chapas, a saltar a la goma o a la cuerda, a veces incluso a las muñecas (aunque prefería el Scalextric), iba al colegio, estudiaba, hacía actividades extraescolares y pasaba mucho tiempo con su madre. Le gustaba estar con ella, excepto algunos domingos. De vez en cuando, su madre, le decía «Vamos a jugar, vamos a peinar a las muñecas». No era precisamente, su juego favorito. Pero entendía que su madre sí disfrutaba con ello, así que se pasaban el domingo poniéndole los rulos a la Nancy o pintándole las uñas a la Lesly (porque nunca tuvo una Barbie)… Pasaba un rato con su madre y eso sí era agradable.

Cuando aquél día se fue a dormir lo hizo como siempre, sin problemas, al día siguiente había que ir a clase y ya era la hora, así que se acostó y se durmió. Hasta aquí todo normal. Algunas horas más tarde oyó ruidos, la voz de su padre… No recuerda exactamente qué pensó, probablemente algo así «Ya está papá gritando, seguro que ha bebido una copa de más». Su padre, que por aquél entonces tenía 34 años, solía beber alcohol y muchas veces más de la cuenta. Recuerda verle tambalearse por el pasillo camino del baño en demasiadas ocasiones. Sigue leyendo Cómo se rompió el despertador (Recuerdos de maltrato 1)

Las mujeres en Estambul

Bandera Movimiento Democrático
Movimiento democrático. Mujeres libres (o similar)

He pasado unos días en Estambul. Han sido unos días estupendos en los que hemos disfrutado de los paisajes, las mezquitas, la gente, la comida… Es un lugar que me ha sorprendido, en lo social, mucho y muy gratamente, especialmente cuando nos encontramos una manifestación de mujeres por la libertad (o algo así). En la foto os muestro la bandera que ondeaban.

Mujeres libres en cualquier parte del mundo

Lo que me empuja a escribir esta vez es ese movimiento. Algunos cientos de mujeres que pedían la libertad de la mujer (o eso me pareció entender). Todas ellas, o una mayoría muy amplia, llevaban su hiyab. Y aunque no lo viví, pensé en el mayo del 68 en el que tantas mujeres se quitaron el sujetador y decidieron eliminar esa «opresión». En un momento comenzaron a aplaudir y, cuando me dí cuenta, yo también estaba aplaudiendo. Fue sin duda un acto reflejo de solidaridad para con mi género, para con aquellas mujeres que solicitaban cambios y lo hacían conjuntamente.

DEMOKRATİK ÖZGÜR KADIN HAREKETİ
DEMOKRATİK ÖZGÜR KADIN HAREKETİ

Me hubiera gustado ver cómo todas esas mujeres turcas hacían lo mismo con su pañuelo. He de decir que el hiyab era blanco y que desconozco si eso tiene algún significado. También puede ser que estuvieran pidiendo la libertad para usarlo en los lugares en los que está prohibido su uso (como en la Universidad). No lo sé. Lo que sí puedo decir es que al ver y oir a todas aquellas mujeres en el aquel país, «se me pusieron los pelos de punta».

Quizá sea importante señalar la cantidad de policía que vimos alrededor: mucha. Un par de horas antes habíamos presenciado una pequeña manifestación en la que sólo iban hombres y, chocante o no, no había policía acompañándoles… Cada quien que piense lo que quiera.

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Trasnfobia

Post que tenía en borradores desde hace tiempo y ya iba siendo hora de publicarlo.

Leíamos en prensa que en julio de 2009, en un gimnasio de Gijón, una transexual sufrió una agresión al encontrarse en el vestuario masculino y no en el femenino tal como había solicitado (se le negó la posibilidad porque en su DNI aún figura un nombre masculino). Cit. EuropaPress.

Realmente no me sorprendió leer sobre un nuevo ataque, en este caso de transfobia, ya que, desgraciadamente casi todos los días aparecen noticias sobre xenofobia, racismo, sexismo, homofobia… Se ha convertido en parte de nuestra cotidianeidad y tal parece que fuéramos «inmunes» a estas cuestiones.

En este caso, la primera demostración de -fobia o cualquier -ismo (en su vertiente negativa), es la propia reacción del gimnasio (desconozco cuál es) no permitiéndole la entrada en el vestuario femenino. Después se les pidió «colaboración» para localizar a los culpables (y digo «los» porque se entiende que son hombres), además, creo que debería exigirse que mantuvieran una actitud más igualitaria ¿o no? Sigue leyendo Trasnfobia

Hiyab, educación, libertad e igualdad

La polémica sobre Nawja y su uso del velo islámico (hiyab) ha originado multitud de debates, artículos, noticias, etc. Aún así, yo no tengo clara mi posición.

Publicado originalmente el 02/05/2010, actualizado el 05/02/2012.

Es difícil tomar una posición clara cuando las posiciones que oyes y escuchas son bastante «partidistas». En la información que nos ha llegado sobre el velo usado por Nawja había opiniones para todos los gustos:

  • Es su identidad regiliosa y tiene derecho a utilizarlo Vs es una obligación de su religión que discrimina a las mujeres.
  • Es una opción personal que marca la necesaria identificación en la adolescencia Vs es una imposición.
  • El derecho a la educación Vs la libertad de elección de centro…
Audrey Hepburn con pañuelo en la cabeza
Audrey Hepburn

Incluso hay quien ha hablado de moda… Moda es, en mi opinión, el uso del «pañuelo» que hicieron Audrey Hepburn o Marilyn Monroe o Grace Kelly y no el que hace Nawja.

No tengo muy claro que Nawja lo haga por una cuestión de identificación, de autoafirmación… es muy fina la línea entre la elección personal y la autoimposición de condicionamientos sociales y/o religiosos. ¿Cómo saber si ella lo hace realmente porque quiere o si cree hacerlo porque quiere cuando en realidad es imposición de su religión (que lo es)?

A pesar de todas las observaciones hay una que he echado en falta. El motivo que originó que el centro educativo incluyera en su Reglamento de Régimen Interior la prohibición de llevar tapada la cabeza. Sinceramente, no creo que tuvieran intención de mostrar intolerancia, de limitar la libertad religiosa o, simplemente, de evitar la inclusión de alumnado islámico… Realmente creo que es una cuestión de regulación de la conducta que se ha «ido de las manos» chocando, en este caso, con el uso religioso del velo.

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