El lenguaje es una herramienta demasiado valiosa como para utilizarla banalmente.
Siempre lo he pensado así, lo he creído firmemente. Por ello intento ser, aún equivocándome, tan «maniática» (como me etiquetan algunas personas) con la escritura.
Pero no se trata sólo del lenguaje verbal escrito, sino también del oral, el gestual y, cómo no, el iconográfico.
Creo que nuestra forma de hablar refleja nuestra forma de pensar. Si recurrimos a estereotipos en nuestras comunicaciones es porque, en alguna parte de nuestro subconsciente, están «grabados a fuego». Por ello adquiere tanta importancia el uso NO sexista del lenguaje, o el uso inclusivo, como prefiero decir.
Cuando, ya hace algunos años, tome consciencia de que de nuestra lengua se hacía un uso sexista… no pude menos que despertar mi interés por la visibilidad de las mujeres, porque se nos nombrara y dejara de ocultársenos tras un masculino usado como genérico.
Soy una ciudadana, miembro (no necesariamente miembra) de la ciudadanía, pero NO soy un ciudadano. Lo siento, pero desde siempre se me ha marcado el género, desde el momento en que me pusieron los primeros pendientes, me intentaron vestir de rosa e insistieron en que era una niña y no un niño. ¿Por qué, de repente, tengo que identificarme con los ciudadanos o los usuarios o los alumnos o los trabajadores…?
Pero no me gustaría que hubiera equívocos, no se trata sólo de «nombrarnos», de «incluirnos», sino que el uso sexista del lenguaje va mucho más allá: refleja concepciones sobre los géneros que transcienden el mero uso del femenino y el masculino. ¿Por qué «vamos a la enfermera a que nos tome la tensión» y «al médico a que nos haga un reconocimiento? En el fondo hay una atribución jerárquica en la que se asume que la enfermería es desarrollada por mujeres y la medicina por hombres y, por supuesto, esta última tiene mejor valoración que la primera.
En fin… por eso me gusta T-Incluye (http://www.t-incluye.org) porque nos orienta sobre un uso inclusivo del lenguaje. Incluso Bibiana Aído, simplemente porque ha dicho «MIEMBRAS». Porque aunque hay quien se «rasga las vestiduras»… la RAE «va a caballo del uso de la lengua que se hace», no es proactiva y sólo recoge nuestros usos de la lengua así que… aunque no soy partidiaria de su uso (de hecho, más arriba, he usado miembro para definirme) ¡¡¡animémonos a usarla de forma inclusiva!!!
No suscribo ni de lejos generalidades como «…de nuestra lengua se hacía un uso sexista…» queriendo implicar a todos los hispanohablantes (¿has hablado con todos ellos? ¿en qué universo te mueves?). Mi impresión (personal) es todo lo contrario, pues no califico al lenguaje de sexista, sino a las personas, que en general lo serán en todas sus facetas personales, y no sólo en cómo utilicen el lenguaje. Quizás crean que inventando palabras o queriendo fijar unas nuevas normas de estilo linguístico van a hacer que una persona sexista deje de serlo… esto es como hacer un brindis al sol.
No admito nada del discurso porque no admito lo que para mí es un error de base: querer hacer que el lenguaje tenga sexo, cuando no es así, tiene género y quien piense que porque una palabra termine en letra o sea masculino y en a femenino… poco sabe del tema (que por cierto termina en a y es masculino, ¿que lío no?… vaya si no es cuestión de las palabras… es de las personas que hacen uso de ellas…).
Lo dejo aquí en el convencimiento de que no voy (ni quiero) convencer al ‘talibanismo’ del lenguaje sexista… pero que no me hagan comulgar con ruedas de molino ni me quieran hacer creer de que porque use ‘ciudadanos’ no estoy incluyendo a las personas del sexo femenino. En este idioma el género neutro termina en o (aunque en otras lenguas coincide con la terminación femenina… ¿podemos decir entonces que sus ‘ciudadanas’ hacen un uso sexista?…)
Hay gente que se ve que tiene muy poco que hacer, se aburre muchísimo o le pone tocarle las narices al prójimo. Menos meterse con el lenguaje y más aprender a usarlo. Por mucho que alguien me diga que el color negro es azul, seguirá siendo negro, y negro no es ni azul ni rosa.
Hola Novoyadartelarazonasimematen:
Parece, por tu comentario, que no he conseguido expresar realmente lo que pretendía. Mi intención estaba en el USO (sexista) que se hace de la lengua y NO en que el lenguaje sea, en sí sexista. Es decir, yo no menciono un «lenguaje sexista» sino un «uso sexista del lenguaje».
En la diferencia entre el sexo (cuestión biológica) y el género (atribución «social» en función del sexo).
El lenguaje, evidentemente, no tiene sexo (ni hembra ni macho) y por supuesto, las palabras tienen género (femenino o masculino), establecidas para definir cada qué y a cada quién.
Tampoco estoy de acuerdo en identificar las grafías terminadas en «-a» con el femenino y en «-o» con el masculino. Cada una tiene ya su género marcado (en Español que puede variar, evidentemente, en otros idiomas) pero, en cualquier caso, cuidado con el idioma. Y volviendo al ejemplo de mi entrada soy «UNA miembro» y no «UN miembro» de la ciudadanía.
En cualquier caso, gracias por haber dedicado tiempo a leer mi post.
Hola,
en primer lugar, felicidades por los comentarios que nos has ofrecido. El primero, me parece acertado y muy necesario porque nunca está de más aclarar pequeños matices que suelen llevar al error en muchas ocasiones. Estoy completamente de acuerdo contigo en eso de que hay que usar correctamente cada término y no crear ambigüedades absurdas que conducen únicamente a la confusión.
En segundo lugar, en lo que respecta al «sexismo del lenguaje», he entendido tu punto de vista aunque no lo comparto. Ya hemos hablado en varias ocasiones sobre ello y me mantengo en eso de que el lenguaje no es sexista en absoluto, sino el uso que hacemos de él o la «mentalidad» con la que creamos o desciframos los mensajes. Nuestra lengua es lo suficientemente rica para que usando «el término no marcado» no haya lugar a errores y nadie se sienta marginado ni excluido.
Sobre el penoso uso de la lengua de cierta persona con cargo en el ministerio, prefiero no hablar, ya que sé que lo has utilizado como ejemplo y que no te estabas posicionando en ese lado.
En fin, me reitero en mis felicitaciones, aunque no esté del todo de acuerdo, porque eres una persona valiente e inteligente que expresa su opinión y encima lo hace correctamente.
Un abrazo fuerte,
Arancha.
Hola Arancha:
Gracias por tu comentario.
Insisto en que yo no digo que el «lenguaje sea sexista» sino el uso que hacemos de él. Incluso el uso «normativo». Sí es sexista utilizar el masculino como genérico habiendo, como hay, términos neutros o epicenos ¡aprovechemos esa riqueza del lenguaje!.
Ahora bien, cuando no los hay hemos de prestar especial atención al uso de los artículos y no utilizar el masculino cuando nos estamos refiriendo a una mujer o simplemente si no estamos marcando el género. Un ejemplo: ¿por qué decir «Los profesionales de… afirman que…»? (a mi entender, un grupo de hombres) que utiliza un genérico y lo marca con género mediante el artículo, si podemos decir «Profesionales de… afirman que…» (incluyendo tanto a hombres como a mujeres). Y, además, hacemos uso del principio de economía del lenguaje (contamos una palabra menos).
En cuanto a cargos de responsabilidad en ministerios y el uso de la lengua… habría mucho que decir. ¿Por qué no destacamos el dequeísmo, por ejemplo? Casi todos los días oímos a representantes de la política frases del tipo «Afirman de que…» y ante ese uso incorrecto… ¡nadie dice nada!
¿No estás de acuerdo?
Desde temprana edad también me llamó la atención el uso del masculino como genérico. Incluso en un reunión familiar con mayoría de mujeres y un solo hombre pregunté ¿por qué dijo nosotros si la mayoría somos mujeres? Ante lo cual me dijeron que se usa el genérico independiente del número de mujeres y hombres que haya.
Aún a mis 4 años esrto me pareció absurdo e injusto. Somos más del 50% de la población, el genérico debería ser femenino, mayoría manda.
Mas tarde comence a tachar mis libros de texto cambiando «el hombre», sustituyéndola por «ser humano», «persona» o «individuo», y «los hombres» por «gente», «personas» o «población», según el caso.
En la adolescencia, alguien me dijo: tienes que ir al ginecólogo. Pregunté ¿por qué no a la ginecóloga? siendo mujer sabe más del cuerpo femenino.
Siempre te dicen ve con el doctor, el arquitecto, el abogado, y la gente termina por acudir a profesionales hombres.en esas áreas.
Otra cosa que me molesta es la connotación negativa de palabras en género femenino cuyo significado difiere bastante de sus versiones masculinas:
Zorra (puta), perra (puta), callejera (puta). Zorro (astuto), perro (can), callejero (paseante).
El peor uso del lenguaje no inclusivo es cuando se usa para discriminar:
«Nosotros no tenemos mujeres en puestos altos de la iglesia,
porque en el N.T. dice «los» apóstoles»,
en ese caso el uso del genérico no aplica. ¡Qué conveniente!
Pues a mí también me sorprendían esas cosas, especialmente cuando se han dirigido a mí, individualmente, de forma masculina. Cuando me han presentado como «técnico de proyectos en…» Perdonadme, pero soy «técnica de proyectos en…».
Gracias por tu comentario Andy.
Andi, antes que sugerirte algo te doy como concejo que para opinar antes debes instruirte, y demasiado. Tenes un pensamiento muy pobre respecto a la situación. »Aún a mis 4 años esto me pareció absurdo e injusto. Somos más del 50% de la población, el genérico debería ser femenino, mayoría manda.»Claro ejemplo sobre lo que dije en la oración anterior, fundamento escueto. Que sean mayoría no aplica en nada, en todo caso entre la mayoría deberían votar y al 80% de las personas (hombres o mujeres, no me importa cuantos de cada uno) le seria irrelevante debatir sobre esto.
Con los del N.T. … a caso queres que volvamos en el tiempo e incluyamos a una mujer en la ‘foto’ de la ultima cena con los apostoles? quizás asi te sentirías mas a gusto con el sexo que portas!
Me parece justo que luchen por un lenguaje inclusivo, respecto a la terminología dada para representar sus profesiones pero no estoy de acuerdo en todo lo demás. Retomando el consejo, lee un libro
Respeto tu opinión, no obstante, debe tenerse en cuenta que:
a) Lo que no se nombra no existe.
b) El uso del masculino como genérico exclusivamente oculta a las mujeres a partir de un sistema patriarcal, androcéntrico en el que el modelo de medición es el hombre y no la otra mitad de la población. Lo que además, refleja una forma de entender las relaciones sociales y un modo de organizar y estructurar el pensamiento.
c) La ley 3/2007 establece en su artículo 14.11 la obligatoriedad de que las Administraciones Públicas realicen un uso no sexista del lenguaje.
Gracias por tu aporte.
Saludos,