Leyendo uno de los blogs que sigo Iessecundaria, he llegado a laicismo.org que aboga por una escuela laica y recogen firmas para ello.
Nuestra Carta Magna dice que ninguna confesión tendrá carácter estatal (Art.16.3). Permitidme que reproduzca aquí un extracto de la sinopsis que aparece en la web del Congreso sobre este artículo:
(…) La libertad religiosa se conecta con la expresión del párrafo 3 del artículo 16 en el que se declara la aconfesionalidad del Estado, marcando así la distancia con otros periodos históricos en los que el Estado se definía católico, pero también con la declaración de laicismo de la Constitución de 1931. La distinción entre la aconfesionalidad y el laicismo del Estado se aprecia en el segundo inciso del precepto mencionado, al establecer que ‘los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias de la sociedad española’ y, en particular, ‘mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y las demás confesiones’. La expresión de este párrafo resultaba más fácil de comprender en un momento en el que la mayoría de la población era católica, y otras religiones minoritarias sólo exigían tolerancia, pero plantea problemas en el momento en el que, por una parte, en especial debido a la inmigración, otras religiones alcanzan una amplia implantación y, por otra, se manifiestan abiertamente sectores ateos o agnósticos. Las discusiones que se plantean en el ámbito escolar y, por tanto, en relación con el derecho a la educación son buena prueba de ello. (…)
Pues está claro, o a mí me lo parece, que si España es aconfesional y laica ¿qué sigue haciendo la religión católica en la escuela pública? ¿porqué se continua destinando dinero a la enseñanza de la religión católica en nuestras aulas? Creo que es anacrónico y, si me apurais, no ajustado a la Constitución.
Es evidente que abogo por una escuela pública y laica. Es, igualmente evidente, que considero inadecuado el sistema de escuelas concertadas existente porque entiendo que pagamos a la iglesia por realizar el trabajo que debe ejecutar el Estado.
En conversaciones mantenidas con mis amistades me he encontrado con muchas personas que han matriculado (o matricularán o matricularían) a sus menores en escuelas concertadas por diferentes motivos: el horario, la disciplina, los hábitos de estudio, las actividades extraescolares y, sobre todo, la escasez de alumnado inmigrante y/o perteneciente a etnias que allí acude (con el «componente» xenófobo y racista que esto tiene)…
No puedo entender, de ninguna de las maneras, algunas de estas afirmaciones, otras (la del horario) más o menos sí. Las tres primeras me llevan a diferentes preguntas ¿no debería el Estado facilitar, en línea con las medidas de conciliación de la vida personal, familiar y laboral, eso del horario? ¿no debería la escuela pública ser capaz de enseñar también hábitos de conducta y respeto? ¿no debería la escuela pública posibilitar actividades extraescolares de interés para la población a la que se dirige? ¿No debería hacer todo esto sin mediar la religión?
Respecto al último de los argumentos, está claro que la escuela pública falló en eso, porque de alguna de las personas de las que lo he oído vinieron a mi mismo colegio (colegio público de un barrio obrero) en un tiempo en el que apenas había inmigración y sólo algunas personas pertenecientes a la etnia gitana.
Quizás lo «más gracioso» es que esos argumentos iban acompañados de un «la pega es la religión», pero tenían absoluta disposición a «pagar ese precio». Mi respuesta ha sido siempre muy similar «si quieres una enseñanza elitista, págala. No es justo que pretendas que lo pague el Estado. » El caso es que lo hace, sea o no justo.
En cualquier caso, y más allá de discusiones sobre escuela pública o concertada (tema para otro post, sin duda), es que la religión (o las religiones) deben estar separadas de la enseñanza en los centros sostenidos con fondos públicos y los crucifijos fuera de las aulas.
Creo que era un obispo asturiano el que esta semana decía que no podíamos darle la espalda a la tradición (o algo así), y ¿por qué no? ¿por qué hemos de mantener símbolos y costumbres arcaicas que nada tienen que ver con la sociedad actual? ¿no estamos adaptando nuestras aulas a la «Era de Internet»? ¿por qué no hemos de adaptar nuestras aulas al resto de aspectos socioculturales del siglo XXI? Afortunadamente le hemos dado la espalda a la tradición en muchos otros aspectos: la educación de la mujer, la enseñanza afectivo-sexual, las nuevas tecnologías, las «lecturas obligatorias», etc. Así que… ¡VOTO POR UNA ESCUELA LAICA!
Comparto tu análisis, y apoyo tu reivindicación por una escuela laica, pero te recuerdo que en este país andamos siempre topando con la iglesia, y no será un tema fácil. Estar en las escuelas no sólo les permite recaudar fondos, su primer objetivo por encima del propiamente religioso, sino tener la posibilidad de adoctrinar a niños y adolescentes, «formándolos» en una fe que, a tenor de cómo la practican los propios dirigentes de la Conferencia Espiscopal, es pura hipocresía, incitación al odio y fomento de la confrontación.
Saludos, y gracias por el enlace.
Nos queda la esperanza de que sigan haciendo esa «captación» igual de mal que lo han hecho siempre. De hecho yo soy uno de los ejemplos (en el colegio elegí «religión» hasta 5º de EGB ;-)).
Gracias a tí por tu blog y tus comentarios.