Hace más de un año que no hablamos para continuar con los relatos sobre ella y, sobre todo, sobre su padre. Hoy me cuenta que su padre ha fallecido recientemente y lo hace con una mezcla de tristeza y tranquilidad en el rostro.
«Murió tranquilo» -me dice- «no sufrió. Al menos en los últimos momentos. Eso me dijo la enfermera que estaba de turno aquella noche.»
Durante los últimos días ha estado con él, probablemente le ha hablado más de lo que habían hablado durante toda su vida. Su padre no era una persona de palabras, ni siquiera de gestos. Pero en esa última semana les cogía la mano (a ella y a su hermano) y la apretaba contra su pecho. Supone que era su forma de decirles adiós y cuánto les quería.
«Yo no dudo que mi padre nos quería, a mí y a mi hermano. No lo he dudado nunca y espero que él supiera que yo también le quería aunque fui incapaz de decírselo. Le quería y le odiaba al mismo tiempo.» Sigue leyendo De perdón