Talento, reconocimiento y visibilidad necesarios

Hay quien piensa que retener el talento en una organización pasa por ocultarlo, por no reconocerlo y no dar visibilidad a las personas que lo poseen. Nada más lejos de la realidad, desde mi punto de vista.

Últimamente le he dado muchas vueltas al tema de la visibilidad, la mía (y la de otros y otras compañeras laborales), hasta el punto que en este blog ni siquiera se menciona mi nombre ni se hace una referencia explícita al lugar en el que trabajo. Se trata de una decisión consciente que tomé en el momento en el que lo creé y que, por el momento, prefiero mantener. Hecho que, al mismo tiempo, me genera sentimientos contradictorios, fundamentalmente acude a mi cabeza una pregunta ¿Por qué? ¿Por qué tengo que ocultarme en mis escritos? 

La respuesta, aunque sencilla, es reveladora: para no tener problemas, para poder escribir libremente sin que ello ponga en riesgo mi situación laboral. Sí, sí, como suena. De este modo nadie puede decirme (dentro de mi lugar de trabajo y por nadie me refiero a la dirección o las y los mandos intermedios) por qué has publicado esto, porqué has escrito aquello otro o, incluso deberías eliminarlo (así como suena, ¡no sería la primera vez!).

Mi visibilidad

Muchas veces he pensado en iniciar un post, o enviar un tweet que dijera: «Dedos libres», algo que ocurrirá cuando mis dedos tengan la libertad para publicar lo que realmente pienso sobre determinadas cuestiones. Cuando, además, no requiera un ejercicio de «retención» de pensamientos que evidencien mi hartazgo y mi desacuerdo con las circunstancias que me rodean. Pero aún no es el momento, aún tengo que seguir oculta tras mis palabras. Espero que ese momento llegue pronto. Sé que puede sonar cobarde, de hecho, ¡sé que lo es!

Desde hace años se ha dado una ocultación sistemática de mi trabajo y del de otras compañeras (sí sí, terminado en -AS, o sea, femenino plural). Algo que ocurre en menor medida en el caso de compañerOS (masculino plural que NO genérico). Ocultación que nos ha mantenido cautivas en las dependencias de la organización y que nos ha negado el merecido reconocimiento a nuestro buen trabajo. Porque sí, «mis chicas» (y si me dais permiso publicaré vuestros nombres): HEMOS HECHO UN BUEN TRABAJO QUE REQUIERE RECONOCIMIENTO Y PUBLICIDAD. «A Dios lo que es de Dios, al Rey lo que es del Rey y a nosotras, LO NUESTRO».

Las mujeres en Estambul

Bandera Movimiento Democrático
Movimiento democrático. Mujeres libres (o similar)

He pasado unos días en Estambul. Han sido unos días estupendos en los que hemos disfrutado de los paisajes, las mezquitas, la gente, la comida… Es un lugar que me ha sorprendido, en lo social, mucho y muy gratamente, especialmente cuando nos encontramos una manifestación de mujeres por la libertad (o algo así). En la foto os muestro la bandera que ondeaban.

Mujeres libres en cualquier parte del mundo

Lo que me empuja a escribir esta vez es ese movimiento. Algunos cientos de mujeres que pedían la libertad de la mujer (o eso me pareció entender). Todas ellas, o una mayoría muy amplia, llevaban su hiyab. Y aunque no lo viví, pensé en el mayo del 68 en el que tantas mujeres se quitaron el sujetador y decidieron eliminar esa «opresión». En un momento comenzaron a aplaudir y, cuando me dí cuenta, yo también estaba aplaudiendo. Fue sin duda un acto reflejo de solidaridad para con mi género, para con aquellas mujeres que solicitaban cambios y lo hacían conjuntamente.

DEMOKRATİK ÖZGÜR KADIN HAREKETİ
DEMOKRATİK ÖZGÜR KADIN HAREKETİ

Me hubiera gustado ver cómo todas esas mujeres turcas hacían lo mismo con su pañuelo. He de decir que el hiyab era blanco y que desconozco si eso tiene algún significado. También puede ser que estuvieran pidiendo la libertad para usarlo en los lugares en los que está prohibido su uso (como en la Universidad). No lo sé. Lo que sí puedo decir es que al ver y oir a todas aquellas mujeres en el aquel país, «se me pusieron los pelos de punta».

Quizá sea importante señalar la cantidad de policía que vimos alrededor: mucha. Un par de horas antes habíamos presenciado una pequeña manifestación en la que sólo iban hombres y, chocante o no, no había policía acompañándoles… Cada quien que piense lo que quiera.

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Hiyab, educación, libertad e igualdad

La polémica sobre Nawja y su uso del velo islámico (hiyab) ha originado multitud de debates, artículos, noticias, etc. Aún así, yo no tengo clara mi posición.

Publicado originalmente el 02/05/2010, actualizado el 05/02/2012.

Es difícil tomar una posición clara cuando las posiciones que oyes y escuchas son bastante «partidistas». En la información que nos ha llegado sobre el velo usado por Nawja había opiniones para todos los gustos:

  • Es su identidad regiliosa y tiene derecho a utilizarlo Vs es una obligación de su religión que discrimina a las mujeres.
  • Es una opción personal que marca la necesaria identificación en la adolescencia Vs es una imposición.
  • El derecho a la educación Vs la libertad de elección de centro…
Audrey Hepburn con pañuelo en la cabeza
Audrey Hepburn

Incluso hay quien ha hablado de moda… Moda es, en mi opinión, el uso del «pañuelo» que hicieron Audrey Hepburn o Marilyn Monroe o Grace Kelly y no el que hace Nawja.

No tengo muy claro que Nawja lo haga por una cuestión de identificación, de autoafirmación… es muy fina la línea entre la elección personal y la autoimposición de condicionamientos sociales y/o religiosos. ¿Cómo saber si ella lo hace realmente porque quiere o si cree hacerlo porque quiere cuando en realidad es imposición de su religión (que lo es)?

A pesar de todas las observaciones hay una que he echado en falta. El motivo que originó que el centro educativo incluyera en su Reglamento de Régimen Interior la prohibición de llevar tapada la cabeza. Sinceramente, no creo que tuvieran intención de mostrar intolerancia, de limitar la libertad religiosa o, simplemente, de evitar la inclusión de alumnado islámico… Realmente creo que es una cuestión de regulación de la conducta que se ha «ido de las manos» chocando, en este caso, con el uso religioso del velo.

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Cuestiones de género

Esta semana he tenido el placer de conocer a Montserrat Boix personalmente, ha resultado un verdadero placer y, si algo ha conseguido, con su entusiamo, la firmeza de sus convicciones y su comunicación DIRECTA, ha sido reactivar el «activismo» feminista que yo había abandonado.

Desde luego que las cuestiones de género me preocupan, desde siempre, pero es cierto que me he acomodado en la inactividad y eso no es bueno, ni para mí, ni para el 51% de la población. Creo que no podría ser de otro modo, siendo mujer y teniendo cierto grado de conciencia. Por ello me lanzo a escribir este corto post que ampliaré con tiempo.

Es increible que a estas alturas de la vida, aún haya que explicar:

  1. que las «cuestiones de género» no son sólo cosas «de mujeres»,
  2. que el feminismo no es lo mismo que el machismo pero en sentido contrario,
  3. que sólo exijo que no se me juzgue por si mis cromosomas son XX o, en cambio, XY,
  4. que la igualdad no es optativa, sino legal,
  5. que el genérico masculino me oculta y exijo verme representada (como parte de ese 51% de la población),

Increible pero cierto, gracias Montse por despertarme del letargo.

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